Reunión de la UBIE, red de Renta Básica Universal e Incondicional (RBUI) europea, en Budapest, 23, 24 y 25 de noviembre de 2018
Desde el viernes 23 hasta el domingo 25 de noviembre de 2018, la red europea de RBUI (UBIE, por sus siglas en inglés) se reunió en Budapest para analizar la situación actual de la RBUI en Europa, discutir sobre la conveniencia de una posible Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) sobre la RBUI y el tipo de renta básica a pedir y, finalmente, en caso de llegar a un acuerdo, proceder a planificar la campaña.
La reunión fue precedida, el viernes por la mañana, por un acto público en el que varios expositores hablaron sobre diversos aspectos del tema general encuadrado como “la RBUI en las elecciones europeas de 2019”. El acto fue organizado por la Asociación húngara de RBUI (FNA-Egyesület) y por la Fundación Progresista de Hungría (MMAA).
A continuación, y el mismo viernes por la noche, comenzó la propia reunión de la UBIE, en otro lugar. Ese día se analizó la situación de la RBUI en el momento actual en Europa.
Al día siguiente tuvo lugar la discusión sobre lo que podríamos decir era el tema central de la reunión, decidir cuál de los esquemas de RBUI se incluiría en el texto de la ICE que sería presentado a la Unión Europea (UE) por parte de la UBIE, para su aceptación y posterior lanzamiento de la campaña. Cinco diferentes propuestas entraron en debate:
– Una RBUI completa, igual al umbral de la pobreza de cada país europeo, otorgada a cada residente legal de la UE. Su punto fuerte es que permitiría a la gente vivir una vida digna y su desventaja es que la Comisión Europea no tiene competencias para implantar una medida de este calibre, sino sólo recomendar a los países miembros su adopción.
– Un Eurodividendo de unos 200€ de cuantía, pagado por la UE a cada ciudadano, esperando que los diferentes estados miembros completen esa cantidad a través de sus subsidios nacionales. Ventajas: se introduce el concepto de incondicionalidad en la Comunidad Europea (CE), aparte de ser un dinero que la CE dona a todo ciudadano, sin intermediación de los estados nacionales. Desventajas: es una cantidad ridícula para la mayor parte de países europeos y no hay ninguna garantía de que será completada por los países miembros.
– Propuesta “de compromiso”: la UE otorgaría a cada ciudadano una renta incondicional igual al umbral de la pobreza del país más pobre de Europa, cantidad que debería ser completada luego por los diferentes estados miembros. Punto fuerte: dinero pagado incondicionalmente a todos los residentes legales de la CE. Debilidades: insuficiencia absoluta para la gran mayoría de los países y falta de garantía de que después sea completado por los distintos gobiernos.
– Experimentos piloto: se pide a la UE que co-financie, al menos, 10 experimentos piloto de RBUI completa en diferentes regiones europeas, para poder sacar conclusiones que luego puedan ser trasladadas al nivel de los estados. Ventajas: la UE se comprometería con el desarrollo de la RBUI y el camino a una posible implantación de ella se abriría. Desventajas: todos los experimentos piloto tienen una escala reducida, tanto en el espacio (normalmente pueblos o ciudades), como en el tiempo (1 ó 2 años) y, por lo tanto, no muestran cómo se puede comportar un país que reciba la RBUI.
– RBUI para los menores de 18 años: la UE pagaría un subsidio igual al 50% del umbral de la pobreza del país más pobre de la CE, a cada custodio legal de menores residentes en la UE. Punto a favor: es una cantidad incondicional pagada a todos los padres de menores. Aspectos en contra: sobre todo que no es universal, sino sólo para un sector de la población, además de que se trata de una cantidad totalmente insuficiente incluso para atender a los niños.
Se sucedieron largas discusiones sobre la idoneidad de cada una de estas propuestas, sin conseguir llegarse a un acuerdo entre los presentes. Debido a ello, alguien propuso llevar adelante una triple votación para elegir cuál de las cinco incluir en la futura ICE. Y acto seguido comenzó el proceso de las tres votaciones, todas ellas ganadas por la opción de la RBUI completa, considerada suficiente para permitir una vida digna, frente a las otras tres, todas claramente insuficientes. Sin embargo, concluido el proceso, el equipo directivo de UBIE manifestó, sorpresivamente, que, al no estar representado en la reunión un gran sector de la red, era necesario proceder a una votación electrónica. En ese momento, las protestas del equipo que llevaba preparando el texto de la ICE durante más de 2 años y organizando los pasos que había que dar, se hicieron escuchar con fuerza y al equipo directivo no le quedó otro remedio que asumir el resultado de la votación.
Pero al día siguiente, al comenzar la reunión del domingo, el equipo directivo volvió de nuevo a la carga, arguyendo que, según las actas de la anterior Asamblea General, la decisión sobre cuál de las propuestas había que incluir en la futura ICE correspondía a la Asamblea General y, por lo tanto, era preciso esperar a su convocatoria, en marzo del año 2019, antes de poder decantarse por una u otra proposición. Otra vez las voces de descontento estallaron, pero con mucha más fuerza que antes, haciendo notar que en el programa de la reunión se incluyó la planificación de la campaña de la ICE, lo cual implicaba que antes de ello era menester tomar una decisión. A pesar de ello, no hubo forma de seguir adelante y un miembro del equipo directivo, para calmar los ánimos, aclaró que recomendaría a la Asamblea General asumir los resultados de la votación. Finalmente, se formaron dos grupos, uno para estudiar la actuación de la UBIE en los próximos comicios europeos y el otro para planear los pasos a dar antes de lanzar la ICE.
La reunión acabó con una foto de “familia” y con una comida ofrecida por la asociación húngara de RBUI, amable anfitriona de todo el evento.
A través de todo lo ocurrido en la reunión, un observador imparcial podría perfectamente concluir que, por lo menos, una parte del equipo directivo de la UBIE había tomado ya partido por el Eurodividendo antes de acudir a la reunión, pensando, además, que se impondría fácilmente sobre las demás propuestas, debido a su menor “roce” con la UE. Al presenciar el apoyo claro a la RBUI en su forma pura por parte de la mayoría de los miembros de la UBIE presentes en la reunión, se empeñó en buscar motivos para eludir el resultado, provocando las protestas y el descontento de muchos de los asistentes. Veremos qué ocurre en la próxima Asamblea General, pero desde luego nos parece que desaprovechar una campaña de tal magnitud como una ICE, que ofrece extraordinarias oportunidades para sacar a la luz pública una idea tan necesaria como la de la RBUI, con una propuesta tan pobre como la del Eurodividendo, representa un grave error y augura una bajada de hombros de gran parte de los activistas europeos a favor de una RBUI auténtica